23 de septiembre de 2012

Esta noche pienso en ti

Esta noche pienso en ti. Hace más de un año que te fuiste, hace más de dos primaveras que te vi partir. Aún recuerdo el sonido de tu último suspiro. Mi cuerpo y mi ser, de pie y en el suelo al mismo tiempo, a la orilla de tu cama, vieron tu cuerpo apagarse lentamente. Tus ojos cerrados, tu piel pálida y arrugada, tú, envuelta en sábanas blancas, en la sala de mi casa, tomaste el último aliento y dejaste de vivir.

Aún pienso en ti. Te recuerdo. Pero hoy pienso en ti de madrugada, sin poder dormir aunque es lo que más deseo hacer y no puedo. Hoy fui a un funeral parecido al tuyo, ella también luchó contra el cáncer. Fue tan rápido y tan lento a la vez. Me duele el corazón. Tu ataúd era grande, en tu pelo había canas blancas y esa noche se mostraban varias fotografías de la historia de tu vida, tus logros, tus amores, tus pasiones, tus amigos y las memorias captadas en papel, de ochenta años caminados.

Hoy, no había más de cinco fotografías, el ataúd era pequeño; el más pequeño que he visto. La historia escrita en tiempo es de un año y diez meses. Los padres despiden a su princesa, dicen que ya descansa. Lloran sin despegarse de la caja, que tiene un vidrio, que impide el contacto con su pequeña al querer tocar  su nariz tan solo una vez más. Y duele. ¿Por qué duele tanto abuelita?

3 de septiembre de 2012

El inicio de una transformación

"It was the beginnin of a transformation, not just an experience." -Ariana Martinez

Estos últimos días se ha publicado bastante sobre una cuestión que pasa en nuestra ciudad. Mi corazón siente impotencia al ver la injusticia que nos rodea, pero no sólo en relación a la trata de blancas, a la de los indocumentados que son deportados, a aquellos que viven en hambre y pobreza extrema o a quienes padecen una enfermedad. No, mi corazón siente una impotencia más grande por la injusticia de quienes no hacemos nada, esto es injusto: ignorar lo que pasa y sólo cuando comienza a afectarnos más de cerca hacer consciencia de la realidad que se vive a diario, pero que no nos duele, porque no estamos interesados en verla.

Hace un tiempo esos fenómenos sociales me incomodaban porque atacaban a mi pasividad. Hoy no puedo evitar escuchar a Dios. El año 2012 ha sido un año donde mis ojos han sido abiertos poco a poco, más y más. Hoy esos fenómenos sociales tienen rostros y nombres, son historias de vida que no puedo ignorar. Aquella noche cuando nos invitaron a jóvenes de distintos países a responder al llamado de Dios fue el inicio de una transformación y no tan solo una bonita experiencia en otro lugar del mundo. Hoy oro para que no se quede en una transformación de mí pensamiento solamente, sino que oro y doy mi vida por una transformación en las vidas que me rodean. No me queda más que vivir conforme a lo que Él dice, responder a Su llamado. Y hoy me aferro y descanso en lo que un día dijo: 

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados." 
Mateo 5