7 de agosto de 2016

Vuelvo a ti amada mía

Amada mía, vuelvo a ti.
A tus cerros en verano, vuelvo a ti cerro Colorado.
Vuelvo a tu desierto que besa el mar con su espuma fría.
Vuelvo a ti frontera, ciudad mía.
Me recibes un día alegre de sol de 24 grados.
Me ves nacer de la matriz de un avión y al salir de ahí me recibirás como una nueva criatura.
Es un nuevo despertar, un comienzo extraño sin planear.
Vengo a ti a nacer como hace 25 años un 25 de julio.
Amada mía, nazco en ti de nuevo, con la crisis del parir doliendo el milagro del aliento de vida en mi ser.


6 de julio de 2016

He holds my heart



He holds my heart
in His powerful hands
He gives me peace
in the midst of the storm
His love is secure
when all in me is shaking with fear and pain
He has me still
inside His heart
His thoughts for me are good
despite that I struggle with trust
It is in the not planned sorrow
where He will reveal himself
with grace, power and love
There's still hope
even when it hurts
Even when it hurts like this

10 de junio de 2016

Querido corazón

Querido corazón
Esta es tu vida ahora
A otros les toca ser felices hoy
A ti estar triste
Es tiempo de llorar
Porque duele
No porque no ames a Dios
Ni porque su gozo no esté presente
Es en el dolor no planeado donde él te encontrará

Querido corazón
No tengas envidia de los que sí lo están logrando
Tu historia no termina aquí
Comprende que es diferente a la de ellos
Hoy fuiste elegido para estar aquí
Hoy es tiempo de llorar

Querido corazón
Ninguna lágrima será en vano
Tu Creador es tu consuelo
No permitas que ya no te amen
Eres digno de estar con quien es valiente para hacerlo

Querido corazón
No te permitas cambiar por nadie
Tu identidad está en Dios
Eres tal cual él te formó
E incluso los defectos de tu humanidad son dignos de amor
Dios los amó

Querido corazón
Nadie te amará igual
Pero si alguien es valiente para aprender a amar con el ejemplo de Jesús
Puedes volver a confiar

9 de junio de 2016

5 de junio de 2016

Dios cercano

El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; 
él rescata a los de espíritu destrozado. 
Salmo 34:18

El Dios en quien creemos es uno que toma la iniciativa, que se acerca a la humanidad desde el principio. En Jesús vemos la promesa de Dios hecha carne en un bebé. La luz que vino al mundo, el Verbo que habitó entre nosotros, prometió estar con nosotros todos los días (Mateo 28:20). Pero ¿cómo Dios se hace presente hoy? ¿cómo Dios se muestra cercano? No pretendo responder las preguntas como alguien que tiene la autoridad académica teológica para hacerlo. Hablo desde mi propia vivencia de a penas estas tres últimas semanas, desde una teología elaborada en lo cotidiano, hecha con la gente, desde una realidad que duele y desde las rodillas hincadas y las lágrimas derramadas.

Comencé a caminar con alguien mis luchas de una manera más intencionada y esta persona me dejó la tarea de hacerme las preguntas diarias ¿dónde vi a Dios hoy? Y ¿dónde Dios me dijo hoy que él me ama? Sin duda, estas dos preguntas se complementan con el par anterior. Es extraño para mí en un momento de mucha lucha, mucha confusión mental y un dolor emocional profundo ver a Dios tan cercano. Hace más de un año comencé a notar y esconder mis propias tormentas. Las compartí muy poco y hoy una tormenta, que arrasó con lo poco que quedaba, me tiene entre escombros de dolor, de pérdida, incertidumbre, sueños rotos y con muchas preguntas. Hoy me es forzoso compartir no sólo con alguien más sino con varias personas mis tormentas. Es arriesgado, sobre todo cuando la respuesta a ellas en el pasado ha sido rechazo y con la experiencia previa que dejó escombros, soy honesta al decir que me da miedo dejar entrar a otros a mi desastre natural.  Y en todo esto, sin embargo, he visto a Dios. A veces en silencio, pero reconozco su presencia aún cuando está callado. También lo veo susurrando en el canto de las aves; y aunque después de la tormenta más intensa pensaría escucharlo menos, es cuando más presente lo he visto. En un momento dudé de mí, de que yo creyera en él, de que mis convicciones no fueran suficientes, pues me sentía débil y hasta llegué a expresar en voz alta mi pregunta, ¿en verdad creo en Dios? Después de esa pregunta comenzó la última tormenta de la temporada. Sin embargo no era por el silencio de Dios que me cuestionaba mi fe, porque reconocí que ese silencio incluso venía de él y no había un momento en que no lo viera obrar en mi vida y al rededor de ella. Mi pregunta fue un berrinche mío, al no entender que los vientos fuertes habían traído ya una tormenta en la que me estaba quedando expuesta sin las precauciones necesarias y las consecuencias que vendrían serían irremediables... los escombros.

La tormenta no se ha ido, siguen las secuelas, siguen los vientos y mucha agua lloviendo en mis ojos en forma de lágrimas. En los escombros me quedé sola. Aparentemente, para algunos, no había nada más que hacer, no se podía volver a construir y aquí me quedé deseando levantar una casa donde sólo quedó un piso lleno de pedazos rotos. Y sería trágico que este fuera el fin. Sin embargo, como en cada desastre natural, la ayuda no tardó en llegar y Dios ha enviado a sus voluntarios para caminar conmigo en el dolor de los escombros y en la tristeza de la tormenta. Ellos y ellas colocan un paraguas sobre mi cabeza y lo sostienen. Algunas veces me dicen que es necesario que me moje un poco y no me protegen. Ayudan a mis manos a levantar los pedazos de una casa destruida; mientras mis manos sostienen los pedazos que sólo a mí me toca levantar, ellos y ellas sostienen mis manos y me comparten su fuerza para levantarlos. Reconozco que sola no puedo y les oriento diciendo dónde duele, cuáles han sido los daños más grandes y qué necesito. Con humildad me dicen que se sienten intimidados pero con un amor genuino en palabras audibles dicen, "pero, estoy dispuesta". Veo disposición en todos ellos, veo el amor de Dios cuidándome y abrazándome con los brazos de estas personas. Muchas veces me abrazan mientras llueven mis ojos e incluso me traen alimento aunque no tengo hambre y no quiero comer, aunque estoy cansada. Lloran conmigo porque también les duele.

Algunas me cuentan de sus propias tormentas y lloramos juntas mientras ellas recuerdan o viven una historia parecida. Me comparten palabras de aliento sin esperar mi reacción ni respuesta, reconociéndose ellas mismas incapaces de cambiar mi mundo al hablar o escribir, pero aportando lo que tienen para dar con amor y una inversión de tiempo que nunca podré pagar. Me dicen que soy muy fuerte, y aunque yo no lo creo, porque no me siento así y de verdad no lo soy, les digo que mi única fuerza es el Señor, pues yo no siento tener ninguna. Estoy aprendiendo a gloriarme en mis debilidades. Estoy en un proceso de conocer y entender la gracia, mientras vivo sólo por Su gracia. 

Uno que otro me dice que no viene con palabras, pues no las hay, pero vienen con sus oídos para escuchar lo que ha pasado. A veces hacen preguntas y no dan explicaciones, que saben, son incapaces de dar. Muchos me dicen que le hablan a Dios de mí y le hacen peticiones especiales al ver desde su perspectiva lo que necesita este lugar que ha sido afectado con daños severos. Unos se quedan en silencio, me dan mi espacio pero no se van, no huyen ni ignoran, sólo están, aún a pesar de la distancia y aunque su lenguaje es el silencio. De verdad me dicen, "aquí estoy, no me voy a ir, yo no voy a huir, yo quiero quedarme y esa es mi elección". Otras no hablan mi idioma como su primera lengua, pero me dicen una vez más que no hay barreras, que la lucha entre nuestros países no es relevante ahora y me alegra que no vienen con una máscara de aparentes salvadoras, son tan humanas como yo y sólo están presentes, orando en otro idioma mientras sostienen mis manos con amor. 

Otros saben que su labor es diferente y que ellos vienen a ayudar en una forma distinta. No es a levantar un pedazo de una casa rota, no, su labor es pausar el trabajo de limpieza para desempolvarme un poco. Vienen con sus historias, algunas divertidas y otras donde incluso quieren mi opinión y mis oraciones. Me dicen que aún creen en mí y que en mi quebranto aún soy útil. Me dicen que están aquí en mis tormentas, porque yo he estado ahí en las suyas, y de esto se trata la amistad. Me sacan de la rutina llevándome a un lugar fuera de los escombros aunque el daño sigue en mí, y a veces sólo vienen a jugar aunque el área esté dañada. Tienen cuidado, pues saben que su labor es delicada, no implica hacer estragos con sus juegos, sino que traen sus pinturas, sus colores, sus risas y ocurrencias. ¡Vaya ocurrencias! Hacen de este lugar gris uno un poco más feliz. Vienen a hacer sus diseños en los ladrillos rotos. Hacen esculturas nuevas y graciosas con escombros que de verdad ya no tienen utilidad para quedarse más en el lugar, y de lo que no sirve para construir algo otra vez, ellos y ellas tienen tanta vida, tanta energía para animar. Vienen con su música, con sus talentos; vienen con sus platillos de comida, pasteles y fruta que hacen que este momento parezca una ocasión especial. Y lo es. Aunque no deja de doler, es especial porque este momento es parte de la vida.

Dios sigue hablando en el canto de las aves y por supuesto en Su Palabra irreemplazable, pero lo he visto tan perfectamente obrando en la comunidad. Estos voluntarios tienen nombres propios, ellos y ellas saben quiénes son. No estoy sola, no camino sola y eso es un consuelo en mi individualidad. Camino con gente real, rota y quebrada llamada familia, mamá y papá, amigas y amigos, estudiantes y obreros, tijuanenses y extranjeros. No camino sola, no me siento sola. Dios está presente. Él está cercano a los que tienen destrozado el corazón y abraza a los que tienen los sueños rotos. Él me abraza a mí.

25 de mayo de 2016

En la lucha

Estoy quebrada, rota,
Frágil y vulnerable
Con escudo y con armadura
Pero sin fuerzas para sostenerlos
Ayúdame a pelear la buena batalla
Enséñame a guardar la fe

20 de mayo de 2016

Perdón

No es fácil aprender tu disciplina
Sentirme avergonzada ante la gente
El qué dirán me pesa mucho
Y que se expongan mis errores, duele
Duele que otros cuenten el daño que hice, el dolor que causé, la inmadurez con la que actué y lo imperfecta que fui
Pido perdón
Pido compasión, pido gracia
Para mi propia condición
Y para extender a aquél que me dañó
A aquél que dijo algo sin conocerme bien
A aquél que no respetó mi lugar al caminar
A aquél que conociéndome no me amó a la par
Perdón, extender perdón
Perdón, gracia y compasión
Porque nadie es perfecto
Y aunque tus errores me han dañado tanto
Yo no soy menos culpable
Es de dos
Fue de dos
Siempre es de dos
He lastimado a muchos

La admirable mujer para muchos también ha pecado
Y también ha fracasado en amar

19 de mayo de 2016

No entiendo

¿Por qué se muere la persona amada?
¿Por qué se va la pareja soñada?
¿Por qué el dolor es parte de la vida y la incertidumbre es tan segura como la muerte?
¿Por qué la fe es certeza en algo mayor que trasciende, pero no resuelve el dolor que enferma, que agota y enmudece?
¿Por qué Señor si existes sigue doliendo a pesar de tu fuerza?
¿Por qué tu paz que tranquiliza camina junto a las lágrimas?
¿Por qué tu consuelo abraza al corazón cuando mi mente no entiende el dolor?
¿Por qué Señor la vida duele?
¿Por qué es tan parte del creer, el sufrimiento repentino y el paulatino que se saborea amargo y lentamente cruel?
Clamo a ti porque no entiendo
Y no te ruego que me expliques
Me resigno a tu designio
Pues tú eres Dios
Pero vengo a ti con mis preguntas porque ¿a quién más puedo ir?
Clamo a ti porque no entiendo

Un salmo y cuatro canciones

Los últimos tres meses han sido los más difíciles de una temporada de luchas intensas. He sido más consciente de mi dolor. Sí, muchos pudieran pensar que ésta ha sido la etapa más feliz de mi vida y no me creen cuando digo que mis reflexiones han sido más sobre el dolor y el sufrimiento, de otros y el propio... y yo también veía esta etapa con gran expectativa, porque hoy puedo decir que he cumplido varios de mis más grandes sueños: sinopsis, mi primer álbum musical está listo, me comprometí y por fin tengo un título de licenciatura en mis manos, he viajado a otros países, he conocido mucha gente, mi trabajo me gusta, he sido muy afortunada y he recibido hermosos regalos de Dios. Pero en todo esto, aunque hay alegría y gratitud, me he sentido tan frágil, débil, agotada y cansada. Me he sentido triste, con miedo y a veces desesperada, pero en lo profundo de mi corazón aún hay esperanza y Dios se ha encargado de recordarme esa esperanza que es mi herencia, una que no tiene precio, reservada en el cielo, pura y sin mancha, que no cambia ni puede deteriorarse (1 Pedro 1: 4), posible sólo en Él. 

Ha sido un enorme desafío vivir lo que creo con una fe tan frágil que siente debilitarse más cada día. Pero, aún me falta aprender algo grande en esta vida y creo que este tiempo puede ser usado por Dios para aprender grandes lecciones: conocer su gracia, saberme y sentirme amada por Él, confiar sólo en Él y depender en Él total y completamente. La ansiedad y tristeza profunda que me han acompañado por largo tiempo, tienen esto de bondadoso y de provecho, pues son compañeras que se encargarán de recordarme mi enorme fragilidad diariamente y por eso creo que Dios las usará para cada día recordarme descansar en su gracia, reconocerme amada, confiar y depender en Él. 

Todos tenemos luchas, algunos aparentemente más intensas que otros. Ésta es la mía y comienza un proceso de aprender a vivir con ella y entenderla a los pies de la cruz, reconociendo que es real, que es parte de mi naturaleza caída que Dios quiere redimir y que cada día me costará mucho, pero como dijo Charlotte Brontë, "Creo en cierta combinación de esperanza y luz que dulcifica los peores destinos. Creo que esta vida no lo es todo; ni el principio ni el fin. Creo mientras tiemblo; confío mientras lloro". Así que ahora me corresponde nuevamente confiar, esperar y obedecer. Sí, creo mientras tiemblo y confío mientras lloro.

Junto con este medley, el Salmo 63 me ha acompañado estas últimas semanas de una manera poderosa. Estas canciones y este salmo, expresan lo que todo mi ser intenta decirle a Dios en medio de mis tormentas. Cada palabra de estas canciones son verdaderas en mi mente, cuerpo y corazón. Son además especiales porque me recuerdan a mi infancia. Después del video, comparto lo que viene a mi mente y lo que mi corazón piensa al leer cada frase del salmo. Gracias por leerme.



Salmo 63:1-8 NTV / RVR1960

Oh Dios, tú eres mi Dios; / Dios, Dios mío eres tú;
no la ansiedad ni la depresión
no una pareja o una relación
no el trabajo o la profesión
no la admiración de otros en la música o en el ministerio
no la comida o la falsa seguridad que encuentro en ella
no el dinero ni mis preocupaciones por él

de todo corazón te busco. /  De madrugada te buscaré;
te busco con este corazón tan roto y destrozado,
aunque está en constante dolor y palpita sin tranquilidad
¡Es más, precisamente por eso te busco con todo mi corazón!
De madrugada, cuando el insomnio se apodera de mí
cuando mis pensamientos me llevan a la desesperación,
cuando los recuerdos me llevan a llorar y a culparme
ahí te buscaré con todo mi corazón

Mi alma tiene sed de ti; / Mi alma tiene sed de ti
porque siente que se seca y se desgasta cada día un poco más
¡Te necesito! con desesperación
Sólo Tú puedes saciar-me

todo mi cuerpo te anhela  en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. / mi carne te anhela,  en tierra seca y árida donde no hay aguas,
en mi cuerpo frágil y cansado, reseco y agotado, seco y árido, donde nada lo sacia, donde nada satisface, te anhelo
mi estómago y mis intestinos que se inflaman, que duelen, que no digieren bien todos los alimentos, te anhelan
mi ritmo cardíaco y mi respiración entrecortada y agitada, te anhelan
mi cabeza que duele con intensidad cada día al despertar y cada momento con constancia hasta irme a dormir, te anhela
mi cuerpo que se siente abrumado al comenzar el día, te anhela
mis dientes y mi mandíbula tensas, te anhelan
mi cuello, que al moverlo truena, te anhela
mis ojos cansados y llorosos que ven todo nublado, te anhelan
mis oídos que escuchan un zumbido constante, que se irritan fácilmente con sonidos incómodos, te anhelan
mi garganta sedienta, te anhela
mi cuerpo débil y cansado que se fatiga con facilidad, te anhela
mis rodillas y mis piernas tensas, te anhelan
mis axilas que no dejan de sudar, te anhelan
mis manos y pies que a veces sudan o no pueden dejar de moverse, te anhelan
mis pulmones que a veces sienten que les falta aire, te anhelan
mi espalda cansada que no logra enderezarse, te anhela
Sí Señor, TODO mi cuerpo te anhela

Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. / Para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.
Así como te he visto desde pequeña en la iglesia
en la comunidad
como te he visto en tiempos buenos
en mi habitación
como te he contemplado en medio de la naturaleza
al revelarte en tu palabra y en la creación
como he contemplado tu presencia en la soledad
y cuando abrazaste mi corazón en el templo o en un escenario
como te vi obrando hace cinco años en mi persona en medio de la crisis y el duelo
así como te he mirado
así como te he contemplado
quiero mirarte y contemplarte una vez más
en medio del desierto quiero ver tu poder y tu gloria
actúa con poder en mi fragilidad y gloríate en mi debilidad

Tu amor inagotable es mejor que la vida misma, ¡cuánto te alabo!
Te alabaré mientras viva, a ti levantaré mis manos en oración. / 
Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.  
Por tu inagotable amor te alabaré, porque me has amado y lo sé, mi alma lo sabe bien
A pesar de mí misma, tu amor inmerecido nunca se olvida de lo que prometiste en la cruz
Conozco tu amor que invade mi comodidad
Inquieta mi ser un amor tan intenso
Déjame conocer y entender por qué tu amor es mejor que la vida misma
Porque aún no entiendo... ¿qué significa esto?
Quiero alabarte cada día con mi cuerpo
Quiero levantar mis manos y orar al Dios de la Vida
Quiero aprender a alabarte más allá de mis canciones
aunque no tenga canción
porque a veces no tengo canción
en el quebranto y la oración
siempre en la oración

Tú me satisfaces más que un suculento banquete;
te alabaré con cánticos de alegría. /
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma;
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Oh Dios, que mi satisfacción la encuentre sólo en ti
En ti hay plenitud de vida
Deja a mi voz cantar otra vez con alegría
Y a mi corazón deleitarse en tu presencia

Recostado, me quedo despierto pensando y meditando en ti durante la noche. / Cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
Que en mi pensamiento estés tú siempre,
Que en mis desvelos piense en ti
Que me acuerde de ti en mi cama cuando la noche me dice que estoy sola
Que antes de dormir medite en ti

Como eres mi ayudador, canto de alegría a la sombra de tus alas. /
Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Tú eres mi ayuda
Tú eres mi fuerza
Tú eres mi alegría y mi gozo
En este tiempo oscuro y difícil
Puedo acurrucarme en tus alas
Descanso en ti
Estoy segura en ti
Mi vida está segura en ti

Me aferro a ti; tu fuerte mano derecha me mantiene seguro./
Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.


No tengo nada más
He aprendido que la vida es tan incierta
Mis sueños están rotos
Pero en tu mano fuerte me mantengo segura
Por eso me aferro a ti
Pues no tengo nada más
Mi alma se aferra a tu mano
Mi corazón se aferra a tu ser

17 de enero de 2016

Principito

Querido principito, la vida de adulto es complicada. 
Los adultos son más extraños de lo que parecen cuando eres pequeño. 
A penas tengo unos años de legalmente ser parte de ellos y cada vez conozco más adultos, que no sé si pertenezco a su grupo de adultos o si aquellos novatos en esto pertenecen a mi grupo de adultos.
Simplemente no lo sé. 
Creo que he llegado a comprender algunas cosas, pero no tengo la certeza de entender todo lo que creo haber llegado a comprender. 
Una de las cosas que he visto es que los adultos son seres que tampoco saben cómo vivir, estamos aprendiendo a hacerlo con los años, pues una vez después de los 18 (o la edad legal de cada país) no dejarás de ser adulto, aún así te llamen joven o viejo, o incluso treintón. 
Estamos condenados a la adultez una vez llegando a esta. 
Somos frágiles, también los adultos nos enfermamos y a veces no hay nadie que esté ahí para mimarte en tu cama... sí, es algo que se va perdiendo con los años, cuando cada vez eres menos niño.
Pero no todo es tragedia, es sólo difícil.
Tienes razón en que somos extraños... y es que también nosotros seguimos creciendo.
El crecimiento nos saca de nuestra comodidad, nos revuelve el estómago, las ideas y los sueños.
Cada adulto es diferente. 
Por eso tampoco nos comprendemos, aunque siempre queremos interpretar al otro y su mundo, sin tomarnos el tiempo para conocer y profundizar en quién verdaderamente es.
Y sobre todo, cuáles son sus heridas. 
Los adultos tenemos muchas heridas... algunas antiguas, de la niñez y pareciera que éstas son tan inconscientes que muchas veces duelen más que las recientes de ayer o hace unas horas. 
Por eso principito, estoy aprendiendo que los adultos necesitan mucha compasión.
Lo veo en mi propio ser, en mi propia persona rota. 
¿Por qué otros han de ser diferentes a mí?
Si yo necesito compasión, también será importante brindarla a los otros, sobre todo a los que no me conocen y no conozco, pues no conocemos nuestro quebranto y los prejuicios pueden dañar más las heridas que ya hay en el corazón.