El viaje

La voz de mi futuro me dijo: El viaje es diferente cuando no sabes si vas a volver. Cuando sólo existe el boleto de regreso, cuando otro lugar será tu hogar y estás viajando a casa... Pero en tu corazón descubrirás que ningún lugar de este mundo es en realidad tu hogar. Aprenderás a disfrutar del viaje aunque no sea en la misma esquina, la que te vio nacer, la que te vio crecer y te acompañó a soñar.

Un árbol de fe

Reflexión de Lucas 8:14-15

Soy la semilla 

que creció entre espinos;

escucho tu voz 

pero todo parece negro y oscuro

Voy, sigo mi camino 

y entonces me encuentro 

con mis propios miedos,

ésos que derrumban tus sueños

La riqueza y el placer 

han crecido hasta vencer

y ser más fuertes que la voz

que me ha de hacer crecer

Sí, es La Palabra de tu voz

que hace noble al corazón,

tan suave y blando

como tierra buena

Quiero ser esa tierra

para guardar en mí lo que has dicho,

los secretos del Reino

que en un principio revelaste sólo a doce

Doce hombres como yo

que fueron elegidos

y que decidieron dejarlo todo

al escuchar la voz de tu llamado

¡Oh Sembrador,

planta en mí tu voz,

crece en mí tu amor!

y que así aves puedan reposar y descansar

Haz de mi corazón 

un árbol de fe

que nace al sólo creer

y permanece fiel

al confiar en Ti

Oración para ser tuya

Me has traído de nuevo aquí, a uno de los lugares más oscuros que hay en mí, donde mi incapacidad es grande y duele ver lo que hay dentro.

Me invitas a reconocer mis límites y la necesidad que tengo de ti y de que obres en mí.

No es sencillo ser tuya por completo cuando me resisto. 

En mi voluntad quiero dártelo todo y la vida, pero en mi humanidad me aferro a lo pasajero y muchas veces quisiera seguir el otro camino, el fácil, el que me lleva a mí y a buscar mi gloria.

A la consciencia de estos pensamientos vanos me has traído, para dejarme ver que sí te pertenezco y por eso duele cuando me quieres formar; cuando es necesario quitar de mí lo que no se parece a ti, para que tu poder se perfeccione en mi debilidad. 

No es fácil seguirte, vivir a tu estilo en un mundo tan diferente a tu reino.

Y entonces recuerdo que así es vivir en tu reino hoy, viendo la vida conforme a tu corazón y viviendo con un corazón conforme al tuyo. 

No es fácil ser luz en la oscuridad. Y es que no tan sólo me enfrento a un cielo negro, sino que además está nublado.

A veces es difícil ver que otros también brillan, que otros también tienen tu luz.

Y entonces recuerdo esta verdad: no somos nosotros los que brillamos con luz propia, pues tú, la luz verdadera eres quien hace desvanecer la oscuridad que hay en nosotros.

No es fácil sembrar, cuando el terreno no lo conozco por completo, cuando sólo en teoría sé usar las herramientas que me has dado, pero apenas he podido practicar en pequeñas macetas o jardineras.

Entonces recuerdo: que la tierra es tuya, también la semilla y que eres tú quien da el crecimiento a tan frágiles flores que sigues cuidando con tu luz y con tu agua.

Me recuerdas que yo también soy una flor muy frágil, que fui semilla, que fui sembrada, que aún aveces sigo siendo tierra dura y seca, y que sigo creciendo sólo porque tú me haces crecer.

Deja que mis raíces crezcan y que se aferren a ti.

Deja que en medio de lo oscuro y lo nublado, otros puedan ver tu luz en mí, que alcance a percibirse y sirva para guiarles a ti.

Muéstrame más mi corazón, límpiame y dame el tuyo. 

Ayúdame a vivir de una forma contracultural como lo hiciste tú, que siendo Dios, dejaste todo para venir en tu reino al mundo. 

Que mi vida sea útil Señor, para mostrar junto a mis hermanos tu amor y así otros te conozcan.

Que mi único deseo seas tú y que encuentre así, en ti, mi plenitud, para jamás buscar lo que vanamente quiero en mi egoísmo, conformismo y comodidad. 

Que mi orgullo sea derribado por tu amor y que se derrumbe para amar a otros como me has amado.

Que mi vida no se resista a ese amor que no entiendo, que a veces asusta al no conocerlo, por ser más real e intenso que lo conocido. Un amor que parece invasivo porque lo ha dado todo, pero que invade amando para amar, sólo por amor. 

Que en mi incapacidad me dejes conocerte, para amarte por completo, aunque sea sólo un poquito.

Y que así pueda ser completamente tuya, como soy, como me has creado y como me estás transformando para ti. 

Dios incomparable

Eres mi dueño

Tú me creaste

Tuya es la gloria

Tú eres Dios

Tú me sostienes

Sostienes todas las cosas

Con tu Palabra

Palabra poderosa

Purificaste mi vida

Dando tu vida

Limpiaste mis pecados

En aquella cruz

Oh Jesús glorioso

Sentado junto al Padre

Reinas sobre todo

Dios incomparable

Referencia a Hebreos 1:1-4